Caí en un mundo
tan diferente al mío,
en donde las aves caminan y no vuelan,
los perros maullan,
los gatos ladran,
las vacas y elefantes vuelan,
y veo jirafas en miniaturas,
monos que hablan,
peces que tienen patas.
Me rió de lo divertido que es
ver a los animales ser lo que no son,
por lo menos en mi mundo.
También asusta,
porque preguntan demasiado como:
de donde aparecí,
que hago aquí.
Y de repente desde lejos suena
un gran sonido provocando un temblor...
los animales forman un caos al arrancar,
y entre tanto polvo de la tierra levantada
aparece un hombre grande y varonil,
pero con tanta sencillez en su ser.
Me alegra saber
que no fui la única que abrió
la imaginación en la mente
provocando un agujero de entrada
a este mundo extraviado.
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