02 mayo 2011

Mi propia mente

Doblegar al destino
cambiando por unas horas
con solo dibujar en una hoja
y saltar a un laberinto.

Propagar la furia interna
ignorar al más tonto de los ignorantes
ser perjudicial para el inteligente
y velar por la vida del que viene atrás.

Volar sin alas por los aires
saltar encima de espinas
nadar en la arena
caminar por las aguas.

Fiesta de luto
conjuro eterno de amor
podrida alma placentera
relajada despedida con yagas profundas.

Que asco es violar a un desconocido
salir corriendo y no llorar por él;
volver y suplicar perdón
y luego tomar unas maletas a un camino sin final.

Espero tu llamada,
mis gotas de llanto son la evidencia
que fui olvidada
por tus labios ajenos, ahora por mi.

Escribo como si fuera natural
llorar con un lápiz en manos
describiendo un sentimiento
que termino transformándose artificial.

Las vueltas de las esquinas
son de profundas sorpresas
porque en una de ellas
puede estar un hombre igual a ti.

El alfa comienza cuando el
Omega se pierda en el mar.

La esperanza ruega piedad
sangrando desde su alma
y perdiendo el pan de la mañana
y el ruido de los pájaros en la ventana.

Caminaré cerca de ti
pensanod en borrar tu nariz
que respira mi perfume
cuando te abrazp al despedir.

Me asusta, pero me gusta...

El horizonte dibuja el final
del comienzo de algo que
trato de entender que hace que
sea tan delirante el verlo
una y otra vez...
si casi siempre es
la misma visión,
de un sol transformando
el cielo en el destello de colores
que los pintores tratan
de imitar en una tela
o en un papel el dibujante
que queda frustado porque
nada hará que el horizonte
sea la obra de arte
que desea provocar
a la gente que lo ve cada
atardecer en una banca,
en las rocas cerca del mar,
en la arena de las dunas,
sentado en el pasto,
o desde una ventana
junto a la persona
a quien amas
o tratas de amar.

Una sorda muda,
y más encima ciega,
devastada por la tristeza
canta en el alba
enmudeciendo a la granja
que se encuentra en la montaña.

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